Discografía
 
Madredeus, una aventura musical que comenzó en Lisboa
 

MIKE SANDOVAL

En 1987 se inició en Lisboa, Portugal, una aventura musical que aún no termina: el bajista de pop Pedro Ayres Magalhaes se une a Rodrigo Leao para buscar nuevos caminos en la música popular de su país. En 1997, con seis discos grabados (uno de ellos doble en vivo), en quinteto Madredeus le ha dado un nuevo impulso a la música portuguesa al mezclar géneros y canciones tradicionales con elementos del clásico, el jazz y el tango, entre otros, llegando a influir incluso en el director de cine Wim Wenders, quiense inspiró en su música para realizar la película Historia de Lisboa.

Gracias a esta película, las salas de concierto de todo el mundo han descubierto en los últimos años a una de las expresiones artísticas más deslumbrantes, en la que la voz de Teresa Salgueiro se ha convertido en el sello distintivo de toda una forma de acercarse a la música.

Los días y noches de Madredeus

A mediados de 1986, comenta Magalhaes, "toda nuestra relación con la música que componíamos y que queríamos componer era tremendamente teórica; mi guitarra y el teclado de Rodrigo escribían intenciones en papeles perdidos, grababan canciones en cassettes de reflexión y requerían una voz femenina..." Al principio el dueto experimenta con un sonido de guitarra y sintetizador que posteriormente enriquecerían con el acordeón de Gabriel Gomes y el cellista clásico Francisco Ribeiro, quien por entonces estudiaba en un conservatorio de Lisboa.

Sin embargo, el proyecto no se solidificaba del todo, algo hacía falta. Una noche de noviembre, Magalhaes y Leao entraron a un bar del Barrio Alto de Lisboa y escucharon una voz que los cautivó, se trataba de una jovencita de 17 años que cantaba antiguos fados acompañada de sus amigos, y cuyo nombre era Maria Teresa Salgueiro, quien de inmediato fue invitada a unirse al ensamble de Magalhaes y compañía.

Desde ese momento el grupo se dedica a ensayar, a adaptar algunos cantos tradicionales con música compuesta por Magalhaes. "El resultado tenía que ser las canciones de nuestro paisaje -dice el líder del grupo-, de los campos amarillos y secos del sur, de la humedad plana y esperanzada de Extremadura, los encantos maravillosos del norte... De nuestras ciudades y su bullicio discreto y siempre solitario, de cara resignada, a veces sonriente; de aquellos con quienes nos cruzamos en la calle... Canciones de palabras sin historias, que apenas invocasen..."En la primavera de 1987 consiguen como espacio de ensayo una antigua iglesia del Convento de Xabregas, llamada Madre de Dios (de la contracción del nombre saldría el nombre del grupo), que era el local de la Companhia do Teatro Ibérico: "Las madrugadas de la primavera de ese año... ganamos todas las horas posibles para tocar y cantar. Fueron esos los días de Madredeus". Y fueron también los días en que la saudade tuvo un nuevo aspecto. La saudade, dice Magalhaes, "es un estado en el cual una persona se permite experimentar sentimientos contradictorios (como paz y añoranza simultáneamente) o cultivar pensamientos no lineales acerca del amor, la vida y el tiempo. Para Madredeus, la saudade es la clave y la razón de hacer música".

Y es ese precisamente el nombre de su primer disco, grabado en directo en la iglesia de Madre de Dios: Os dias da Madredeus. En él se grabaron 19 temas (aunque el disco que se comercializó internacionalmente contiene 15) que reflejan ya el estilo del grupo y su carácter todavía experimental. Las sesiones de grabación se efectúan durante las noches del 28, 29 y 30 de julio; son hechas digitalmente, en vivo y delante de algunos pocos invitados. Para evitar cualquier ruido, los integrantes del grupo interpretan descalzos, con los pies envueltos en cojines, y las grabaciones tienen que ser interrumpidas cada vez que pasa un tren por la vía cercana.

La voz de Teresa Salgueiro resulta ser el complemento ideal para la música del grupo y sus letras: "Teresa vivía, sin querer, en la misma intención. Plena de entrega al mundo de las cosas simples, plena de amor espontáneo por las cosas todas del mundo, y era así que ella cantaba". El CD salió al mercado para Navidad y fue un inmediato éxito local. La guitarra de Magalhaes mezcla tiempos y formas del clásico con la música tradicional portuguesa, apoyada melódicamente por el acordeón de Gomes y el cello de Ribeiro, y sostenida por las atmósferas creadas por los teclados de Leao. "Os dias da Madredeus es una victoria sobre la materia -ha dicho Rodrigo Leao-, su única finalidad es el arte... un mundo propio que creamos a lo largo de un año y medio, sin pasado, sin futuro, sin destino..."Durante dos años Madredeus se dedica a recorrer Portugal y algunos otros países de Europa Central, ofreciendo conciertos a audiencias que cada vez más se manifiestan sorprendidas y atrapadas en esta nueva propuesta. El quinteto es invitado incluso a representar a su país en diversos foros culturales internacionales.

Existir: cantar, tocar

Es en la primavera de 1990 cuando sale al mercado el segundo CD, Existir, que se constituye desde el inicio en un hito de la música contemporánea portuguesa gracias a su calidad y emotividad. El disco entra de inmediato a las listas de popularidad gracias al tema O pastor (una pieza de aires piazzolianos), aunque es Matinal (corte vocal que abre el disco) el que sería utilizado a futuro para abrir los conciertos de Madredeus y que quedaría como la rúbrica y demostración del carácter de su música. En Existirse refleja la gran herencia cultural del grupo, sus influencias mediterráneas (por momentos el hálito de Ulises anima los coros que acompañan a Teresa), la forma lírica del fado (genero musical tradicional portugués, de versificación sencilla, que solía acompañarse exclusivamente con una guitarra clásica y otra portuguesa de 12 cuerdas), la tendencia a construir tramas sinfónicas donde los arpegios y las escalas son sutiles.

Aquí es notorio que el quinteto ha pasado a otra etapa, las instrumentaciones son más intensas, como en el caso de Cuidado, cuyos coros advierten a todos sobre el amor y el mar. Aunque la saudade priva, también hay lugar para temas más lúdicos, incluso épicos, como el caso de O ladrao. Los valses tradicionales son recuperados y refuncionalizados en una mezcla equilibrada de tradición y contemporaneidad.

El 30 de abril de 1991, en medio de la gira que realizaban por Europa, Madredeus graba un CD doble en vivo, en el Coliseu dos Recreios de Lisboa, cuyo título es simplemente Lisboa. El disco es un homenaje a sus seguidores y un intento de reflejar en directo el ambiente de las presentaciones del grupo, dice Pedro Ayres Magalhaes: "La noche fue para nosotros indescriptible y la grabación no lo esconde. Los conciertos que realizamos un poco por todos lados, son también el número de veces que repetimos el concierto del Coliseo de Lisboa... Las reacciones fueron siempre sorprendentes y emocionantes".

En 1994 se integra al grupo José Peixoto como segundo guitarrista, y es ya con él que Madredeus graba O espírito da paz, su cuarto CD. Este nuevo material es realizado entre marzo y mayo, en Inglaterra, en los estudios Great Linford Manor y Lansdowne Recording, con lo que el ahora sexteto comienza a ser considerado por los críticos especializados como un fenómeno que ha rebasado con creces sus límites europeos.

El tema inicial, Concertino, es una pieza en cuatro tiempos, refleja la sencilla complejidad que Magalhaes y Leao han logrado en sus composiciones. También hay aquí un acercamiento a la cultura árabe que se refleja en temas como Pregao. O espírito da paz fue el preludio para el proyecto más importante de Madredeus hasta ese momento: el cineasta alemán Wim Wenders había escuchado su música y conmovido por ella decide realizar una película que reflejara en escenas las emociones que la voz de Teresa Salgueiro y los arreglos de Pedro Ayres Magalhaes le provocaban.

Así, decide filmar Historia de Lisboa, para lo cual solicita la colaboración del grupo, que edita así su primera música para una película: Ainda, también grabado durante las sesiones de O espírito.... Son 10 temas que, de acuerdo con los deseos de Wenders, cumplen las funciones de permitir al grupo participar como actores en la película, interpreténdose a sí mismos, y de hacer las veces de pista sonora. Al contar con otra guitarra, Madredeus se aproxima a las formas musicales de los clásicos como Joaquín Rodrigo, al flamenco contemporáneo y reconfirma su amor por el tango al estilo de Piazzola.

Es su participación en Historia de Lisboa lo que catapulta definitivamente al grupo a la fama mundial, ya que cinéfilos de todo el mundo descubren a través de la amorosa mirada de Wim Wenders a Madredeus.

Su más reciente disco, O paraiso, continúa el camino de una década, enriquecido por la experiencia de encontrarse con públicos tan diversos, de mirar tantas ciudades, de vivir intensamente y cada día la música. Los arreglos de Magalhaes (Rodrigo Leao ha dejado el grupo para dedicarse a su carrera de solista), han ganado en fuerza, en expresividad guitarrística al tiempo que mantienen la pureza emocional que la voz de Teresa Salgueiro desgrana en cada palabra.

Tomado de El Nacional

 
 

 
 
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