MADREDEUS EN EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MEXICO

CASI EL PARAISO

México, Abril 23.- Durante más de dos horas, el grupo portugués Madredeus interpretó 20

composiciones, para regocijo de miles de jóvenes que colmaron el

Zócalo capitalino, en un concierto que culminó a la medianoche y quedó

registrado como uno de los más multitudinarios que hayan ejecutado en

todo el mundo estos músicos. Fotos: Cristina Rodríguez/La Jornada


Se realizó el concierto de Madredeus, a pesar de los obstáculos

AGENCIA NOTIMEX

El Zócalo del DF vibró con la actuación del grupo portugués Madredeus, aun cuando su presentación fue accidentada por fallas de sonido y un retraso de más de 90 minutos que provocó el malestar de la concurrencia.

Desde el viernes, la explan}ada de la Plaza de la Constitución fue ocupada por estudiantes de diversos planteles de la UNAM, debido a su repudio al alza de las cuotas en la máxima casa de estudios y el mitin entudiantil se prolongó hasta altas horas de la noche; éste fue el primer obstáculo a vencer en la presentación de Madredeus.

El concierto, a iniciativa del Instituto de Cultura a través del Gobierno del Distrito Federal, dentro del programa musical "La calle es de todos", tuvo que lidiar con los estudiantes, quienes se negaban a terminar con su manifestación.

Elementos del llamado grupo Acción Ciudadana hicieron su labor con los jóvenes que les prometían acabar "ahorita", pero se prolongaron en discursos hasta cerca de las 21 horas, una hora más de lo pactado.

Aplausos, rechiflas y gritos de desesperación fueron algunos de los recursos empleados para hacer subir al escenario a Madredeus, pero todo fue en vano porque no salieron sino pocos minutos antes de las 22 horas.

Con duración de unas dos horas, Madredeus cumplió con el público mexicano, por lo que la espera valió la pena porque los portugueses ofrecieron un cálido concierto que dejó encantados a los espectadores, quienes soportaron todo antes de perderse esta oportunidad y en forma gratuita. (Notimex)

El acto multitudinario, el más grande de la agrupación

Reunió Madredeus a 80 mil asistentes en el Zócalo

POR PABLO ESPINOSA / LA JORNADA

La marcha que devino mitin que se convirtió en concierto, el más intenso/extenso/multitudinario -confirma Fernando Marucho, representante del grupo- en la historia de Madredeus. Una sesión masiva con música íntima que rebasa el realizado hace algunos años en el estadio Sporting, de Portugal, ante 40 mil espectadores. La cifra alrededor de la cual oscilan los cálculos más conservadores de la cantidad de almas que se congregaron la noche del viernes en el Zócalo de la ciudad de México es de 80 mil. ¡Madre de Dios!

A la hora de la cita, las 20:30, dos templetes orientaban las miradas de los chavos que llenaban, en plenitud, la plaza mayor: bajo el ayuntamiento, los últimos oradores contra las cuotas en la UNAM; bajo la catedral, los primeros atisbos dentro de una caja negra del que surgiría después magia blanca: el escenario dispuesto para la música.

En el retraso, la voz del director del Instituto de Cultura pide paciencia, mientras la masa ejercita su poder de autogobierno: todo el Zócalo es ya, para que todos disfrutemos mejor, un plantío de almas jóvenes sedentes, tranquilas, en espera de una música de alas, viento y transparencia. No le pertenece tal solaz a un chavo que, empapado en sudor, las órbitas crispadas, grita sin que nadie lo entienda bien a bien, pues ya no hay micrófono ni orador en turno. El chavo está ahí, sudado, urgiendo, pero es una cáscara de nuez entre tanto ruido y tantas nueces, no hay moción de orden, compañeros, es ya la hora del anonimato extremo, una voz entre la multitud, soledad entre soledades: viene corriendo desde kilómetros y grita al mar: "¡atropellaron a unos chavos del CCH Oriente y una de ellas falleció, está tendida junto a Bellas Artes! ¿Qué hacemos?".

Otras voces, otros ámbitos, nadie se percata, quienes sentados se divierten con un dulce desmadrito como en la prepa, bailan zapateados porque alrededor del asta-bandera ¡hay cucarachas!, y se divierten pisoteando a los bichitos y lucen esos rostros en la multitud, hojas de una oscura, húmeda rama, su esplendencia juvenil. Son las 21:50 y empieza el canto que convertirá a esta masa en un remanso insólito en la ciudad más grande del planeta: alrededor de 80 mil espíritus impertérritos arrobados, levantados en vilo, elevada la cadera metafísica de esta masa humana, por una música que se hiende en las entrañas como una dulce, cálida caricia que entra por los poros todos. Eran de verse esos rostros entre la multitud, eran de homenaje los labios que se juntaban a los labios, los cuerpos a los cuerpos, los ojos entrecerrados mientras las guitarras erigían sus astas y la voz sinuosa se entregaba entera. Era tan grande el silencio de ochenta mil humanos en el Zócalo, que tan sólo se escuchaba, en el centro sedente de la plaza, el sonido de la tela contra el viento: las faldas de las muchachas haciendo surgir sus muslos, las cabelleras de los muchachos hirviendo más sonrisas, el ondear de la bandera nacional bajo la luna y una muchacha, al frente de la caja negra de la magia blanca, haciendo muy largas, laaargas vocales tomar la forma de los ángeles.

Mensaje de esperanza

Ofreció Madredeus una velada mágica en el Zócalo; música emotiva, con encanto universal

POR LERIDA CABELLO MARADIAGA / EL UNIVERSAL

Madredeus lanzó un canto de esperanza... Dos guitarras clásicas, un cello, acordeón, teclados y voz fueron suficientes para provocar una magia especial entre la juventud, que escuchó una música emotiva con un encanto universal.

Así, el Zócalo se vistió de gala al recibir a Teresa Salguiero (voz), Pedro Ayres (autor, productor y guitarrista), José Peixoto (guitarra), Carlos María Trinidad (teclados) y Fernando Júdice (bajo), demostrando por qué son un fenómeno musical que se extiende a muchos lugares en todo el mundo.

El encuentro entre las dos culturas comenzó alrededor de las 22:00 horas, dando como resultado una mezcla lírica de fado y música de cámara europea, debido a que sus raíces yacen profundas en la tradición portuguesa.

Rita Guerrero fue la encargada de hacer la presentación del grupo, que encabezó el programa "La calle es de todos", organizado por el Departamento del Distrito Federal.

"Hoy queremos celebrar la paz y la esperanza. Nuestra lengua hermana ha venido para compartir su arte. A esta ciudad le hace falta el amor y la paz, para transmitir sentimientos más profundos y que reine la paz. Para ustedes, desde Portugal: Madredeus."

Teniendo como fondo la Catedral Metropolitana y nuestra enseña patria, Teresa Salguiero, poseedora de una voz inigualable, interpretó música contemporánea de Portugal, provocando un absoluto silencio en los alrededores del Zócalo; sólo se escuchaban frases como "¡Viva Lisboa!", "¡Tienes una voz preciosa, Teresa!", "¡Canta la que quieras, Teresa!"

Con esto se constató la popularidad de que ahora disfruta el grupo portugués en México, país que visitan por tercera ocasión en poco más de dos años y al que aseguraron no vienen a glorificar los recintos mexicanos, sino a ofrecer su historia musical a través de su propuesta artesanal, tal y como ocurrió la noche del viernes.

Y aunque el concierto inició hora y media después de lo previsto, nadie se movió de sus lugares y esperaron pacientes a que saliera el quinteto, quienes vistieron de negro, ad-hoc para una velada como ésta.

"¡Hola a todos! Es emocionante estar aquí. Nos da alegría que hayan esperado por nuestra música. Espero que sea una buena noche para todos", expresó Salguiero.

De esta manera, Madredeus complació a su público de principio a fin, al interpretar poco más de 15 temas a lo largo de casi dos horas, en los que sobresalieron éxitos recientes, así como los que conforman los álbumes "Os días de Madredeus", "Existir", "O Espíritu Da Paz" y "Ainda", en los que se escuchan la alegría y naturalidad, fruto del amor a la canción y el convivio.

Sin duda, la armonía y el esplendor que reinaron en la Plaza de la Constitución serán inolvidables para muchos, que se transportaron a lugares insospechados con la voz de Teresa Salguiero.

Después de su visita a México, recorrerán Francia, Alemania, Italia, España, Polonia y Brasil llevando un canto de esperanza.

SUS INICIOS

El grupo empezó en 1985 con Pedro Ayres Magallanes, el bajista de Heroes del Mar, y Rodrigo Leao, el tecladista original de Sétima Legiao, que se unió al grupo para componer música de guitarra clásica. A ellos, se añadieron otros músicos como el acordeonista Gabriel Gomes y el guitarrista clásico Francisco Ribeiro.

Fue en diciembre del año siguiente cuando encontraron a su vocalista, Teresa Salguiero, quien apenas a sus 17 años poseía el tipo de voz que requiere el género fado y que además complementaba la imagen del grupo y su visión musical.

Una vez todos juntos, el grupo ensayaba en un auditorio conectado a una iglesia en Lisboa, ubicada en el barrio de Madre de Deus.

Así, con una cinta de cuatro canciones en manos de EMI Portugal, fueron firmados en 1987 grabando su primer álbum, "Os Días Da Madredeus".

Su segundo álbum fue lanzado en 1990, bajo el título de "Existir".

En 1994 el cineasta alemán Win Wenders invitó a Madredeus a escribir la música de su película acerca de Lisboa y a Teresa Salguiero a actuar. Sus sesiones fueron tan fértiles que resultaron 27 "tracks" que incluyeron en sus siguientes álbumes "O Espíritu Da Paz" y el "soundtrack" de la película "Ainda", lanzados en 1994 y 1995, respectivamente.

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